Muy buenas noches, amig@s:
Os traigo una nueva entrada para presentaros a esta pareja de querubines que he realizado recientemente. Se trata de dos querubines dolorosos que portan los clavos y el martillo de la Crucifixión respectivamente; están ejecutados en terracota blanca dorada con panes de cobre irisado y bronce y finalmente, policromada y patinada al óleo.Tienen un tamaño de 25 cm aproximadamente.
Este querubín es el portador de los clavos del martirio. De carnaciones tostadas y de colores basados en azulados, anaranjados, sienas y morados en veladura sobre dorado en conjunción con el pañuelo y los clavos, que han quedado simplemente patinados en siena, quedando de forma natural a como es el metal con el que están doradosapagados pero llamativos, tiene los ojos verdosos con un intenso reflejo amarillo y el ceño muy fruncido, subrayado por cinco pequeñas lágrimas de cristal que recorren su rostro. Mira con pena a su compañero, con el que dialoga del por qué Cristo tiene que morir como un vulgar malhechor.
Este otro querubín es el portador del martillo de la crucifixión, el cual aparece sobre su ala izquierda. Con un profundo puchero y la boca cerrada, mira hacia arriba buscando el Rostro del Padre Celestial, en un intenso " ¿por qué, Padre Nuestro, tenía que ocurrir esto"? Sus colores están aplicados en tonos violáceos como veladura sobre el dorado, anaranjados y verdes. El tono de sus enrojecidos ojos es violáceo, puesto que no hay que olvidar que estos son seres celestiales, y sus miradas son de otro mundo, otra naturaleza diferente a la humana.
Como siempre, espero que disfrutéis de este nuevo trabajo, me despido con dos fotografías más de estos querubines dolorosos. Muchas gracias por pasaros a visitarme de nuevo. Un abrazo, hasta la próxima! Que Dios os Bendiga.