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Bienvenido/a

Hola, VISITANTE:


Bienvenido/a a mi pequeño espacio en la red. Espero que te sientas como en tu propia casa y que disfrutes de esta muestra de mi Arte, pequeño o grande, como tú prefieras que sea.

Aquí no hay más que la expresión materializada de mi sentimiento: primero y ante todo, cristiano; después, amante de las Artes en general como escultor que soy.

Todo artista ha sentido alguna vez la "llamada" de representar a Dios en la materia informe, a lo largo de los siglos, y durante todos y cada uno de los diferentes y variados estilos artísticos de la Historia. Pero a mí, Su Llamada me llama a plasmarlo como algo más que una escultura vacía que sólo queda en el mero alarde técnico; la Llamada de Dios, para mí, es la hechura de la mayoría de mi obra, y gracias a Él, gracias a Dios, ésta va creciendo día a día, poco a poco. Ya se sabe que "de un grano de arena, nace la montaña".

Agradezco enormemente tu visita, ya que eso significa desprenderte generosamente de unos minutos de tu precioso tiempo para dedicármelos a mí, y yo interpreto este gesto como un obsequio hacia mi persona y a mi labor artística.

Te doy un abrazo de bienvenida, y de nuevo, ¡MUCHAS GRACIAS POR TU VISITA! Que Dios te Bendiga.



San Juan Pablo II

"NO ES FÁCIL SEGUIR A CRISTO, NO ES FÁCIL ARRIESGAR POR ÉL LA PROPIA VIDA, PERO PRECISAMENTE EN ESTA CAPACIDAD DE RIESGO RESIDE LA NOBLEZA Y LA GRANDEZA DEL HOMBRE" (San Juan Pablo II)

jueves, 9 de julio de 2015

"Querubín de Pasión"





Muy buenas tardes, amig@s:



De nuevo, os traigo otra muestra más de mi trabajo. Esta vez es una creación mía, y a su vez una restauración, puesto que la modelé hace tres años, pero no fue una obra continuada; de hecho estuvo en la pared de mi estudio hasta que un buen día se cayó, con lo cual decidí no seguirla aun a pesar de tener, en su momento, la primera imprimación de óleo para la policromía. Hasta que un buen día la volví a re descubrir... y dudaba entre sacar un molde y reproducirla, o el reto de recuperar el original, que fue la opción por la que me decanté.

Sus medidas son de 40 x 38 cm, y está realizada en barro blanco de Manises. Está policromada al óleo, con un pequeño realce de hojilla metálica; para subrayar su expresión doliente y resignada, tiene siete lágrimas de pelo natural y pestañas de pelo natural. Porta el "Titulus" de la Cruz, o "INRI", descrito sobre una especie de tela estampada, y dos dados que muestran los números cinco y tres: alusión a las Cinco Llagas de Cristo en la Cruz, y la hora de Su Muerte, las tres de la tarde. La nube, encarnada, como reseña del Cuerpo del Salvador.

Hace pareja con otra obra de idénticas dimensiones, ya que para ello usé las mismas medidas para hacer la placa; esta otra obra se llama "Querubina de Pasión", la cual os muestro a continuación y os dejo el enlace de la entrada por si queréis saber algo más de ella y de otras obras que aparecen en esa publicación http://artesacrodelpinoescabias.blogspot.com.es/2014/01/relieves-conclusion.html






En cuanto a la obra que ocupa esta publicación, el proceso de restauración consistió en unir los fragmentos de la obra con cola polivinílica y se reconstruyeron las zonas faltantes con pasta de cartón piedra, afín incluso al tono del barro; se reforzó por detrás con arpillera encolada con cola fuerte, y a continuación se imprimó y se policromó al óleo, para finalmente patinarla, barnizarla y colocar lágrimas y pestañas. Aquí la tenéis finalizada de reconstruir:





Y aquí, su estado final:






Espero, como siempre, que este nuevo trabajo sea de vuestro agrado. Muchísimas gracias por pasar por aquí a visitarme siempre.

Un abrazo muy grande, que DIOS os Bendiga y Su Santísima Madre os ilumine y proteja siempre.


*Mi agradecimiento a mi buen amigo Jorge Gámez porque siempre está ahí para echarme una manita con las fotos ;)

domingo, 21 de junio de 2015

Restauración Calvario. Otura (Granada)








Muy buenas tardes, amigos y amigas:



Esta tarde os traigo un trabajo del cual guardo gratos recuerdos de mi época de estudiante en Granada. Se trata de una restauración de un Cristo de sobremesa, con calvario tallado, del siglo XVIII-XIX, realizado en madera de pino policromada. Su tamaño es de aproximadamente 35-40 cm, y fue realizado en 2.008. Lo tuve un tiempo en este blog... pero un pequeño accidente hizo desaparecer muchos de los trabajos que tenía aquí puestos, y bueno, voy subiéndolos poco a poco, cada vez que tengo ocasión, intercalándolos con trabajos recientes.


Estado inicial



Se apreciaba suciedad en la capa pictórica, fruto de la manipulación sin las medidas oportunas, y todo el barniz protector oxidado; pérdidas de policromía puntuales, aunque en el paño de pureza estaba prácticamente desaparecida. Los brazos se encontraban desencolados del cuerpo al igual que la cruz, que estaba desensamblada, con muchas pérdidas de la preparación y la capa pictorica, el patibulum a punto de desprenderse; también tenía movimiento en la base del calvario. Los clavos, de plata, estaban oxidados y atascados,













Proceso de intervención



La primera acción a tomar era la de desmontar al Cristo de la cruz. Pero... existía la problemática de que los clavos estaban totalmente atascados, con mucho óxido acumulado: tanto es así que no se distinguían del color de la cruz. Para quitar las tuercas, empleé un remedio casero que consistió en impregnar de cierto refresco tanto la tuerca como todo el paso de los tornillos, ya que ni siquiera un limpiador de joyería fue capaz de eliminar toda esta suciedad. Al limpiarlos, descubrí que no eran de latón o hierro: eran de plata.

Después, al retirar la imagen de la cruz, procedí al desmontaje de todas y cada una de las piezas.













Como se puede apreciar, toda la policromia estaba muy ennegrecida, con el barniz oxidado -como dijimos anteriormente- y alguna zona con levantamientos de la capa pictórica, aparte las pérdidas halladas. Procedí a eliminar toda la suciedad mediante proceso mecánico a base de punta de bisturí; posteriormente, fijé los brazos y los puntos que corrían peligro de desprenderse y apliqué tratamiento curativo/preventivo anticarcoma; finalmente, reintegré todas las pérdidas pictóricas y patiné muy suavemente para dar uniformidad al acabado.









Para la cruz, retiré ambas piezas y volví a unir mediante cola polivinílica y presión; en la parte de abajo fue necesaria la introducción de una espiga de madera de haya encolada por la parte trasera de la cruz, para así evitar el movimiento que tenía la cruz en su parte baja. Se aplicó un tratamiento curativo/preventivo anticarcoma, se nivelaron todas las pérdidas del estucado con aparejo compuesto de cola animal y sulfato de calcio, y se reintegró la policromía. Después, se patinó todo el conjunto.
Un pequeño detalle fue la realización de una cuerda y un "Titulus" o "Inri" en pasta de modelar, los cuales se policromaron e imitaron a antiguo.














Aspecto final 



Llegados a este punto, se aplicó una protección final de barniz satinado en spray a toda la obra. El resultado fue éste:

















Fue la primera pieza que restauré en Granada, y me trae muchos y muy buenos recuerdos de aquella época. Tenía que volver a publicarla.
Espero que esta nueva entrada sea de vuestro agrado. Un abrazo muy grande, y que DIOS os Bendiga y Su Bendita Madre os Proteja e Ilumine por siempre. ¡Hasta pronto!y, como siempre, muchas gracias por vuestras visitas.

jueves, 23 de abril de 2015

"Santa Faz"





Muy buenas noches, amig@s:



De nuevo, aparezco con un nuevo trabajo. Hoy, os presento una versión personal de la "Santa Faz" de Nuestro Señor, vista desde un punto de vista muy espiritual.
Se trata de una obra en relieve realizada en terracota roja, policromada al óleo con pestañas de pelo natural, sobre madera dorada con pan de cobre, siguiendo la técnica del dorado al agua tradicional, y remarcada por un sinuoso paño realizado en telas encoladas.






Sus dimensiones son de 28 x 38 cm, y en ella he querido reflejar el anhelo de la búsqueda de la Imagen del Señor como guía de nuestras vidas. Está trabajada siguiendo varias líneas, desde el estatismo románico, para reflejar la Eternidad de Cristo: una mirada al infinito hierática, enfatizada por unos ojos grandes que traspasan el alma; de aqui, pasamos a la estilización gótica de las formas, también dada en la forma de trabajar barba y cabellera, así como una palidez barroca que, a su vez, se puede apreciar en el paño, tanto en la forma de estar colocado como en el material en el que está confeccionado.De la misma manera, este barroquismo se atisba en el postizo de pestañas de pelo natural que remarcan y dan calidez a la mirada. La tabla se cubre con un dorado a la hojilla metálica color cobre irisado, lo que da a la composición una identidad moderna y me permite "salir" de la norma tradicional del color dorado o plateado; aunque está bruñida, le di finalmente un acabado mate para dar uniformidad a la obra.

Es un Rostro del Salvador Resucitado, vivo, pálido y etéreo como la Luz que Es, cálido como Su Mirada, que nos deja entrever una leve sonrisa que nos indica que siempre está ahí, que nos espera.






Resulta curioso el origen de esta imagen. Todo comenzó mientras tallaba mi "Eucaristía", este verano; pues bien, yo siempre suelo tener dos o más trabajos a la vez, para así ir descansando en unos u otros y no encerrarme siempre en el mismo, lo que también me ayuda a verlos de otra manera en el momento de retomarlos.Y una de las veces cogí un poco de plastilina roja, me puse a modelar un rato... y me gustó el resultado; decidí rescatarlo, pasándolo a terracota para así crear esta composición que hoy os muestro.






Esto ha sido todo por hoy. Me voy a despedir con una foto mía mientras modelaba, ya que siempre me dicen que o no salgo o salgo en muy pocas fotos. Espero que os guste este nuevo trabajo. Muchas gracias por pasar de nuevo por aquí. 

Que DIOS os Bendiga y Su Bendita Madre os ilumine y proteja. Un abrazo, y hasta la próxima.









sábado, 21 de marzo de 2015

"El Cielo de mi tierra" (conclusión)






¡Salve, María!¡Gloria a Dios!
Muy buenas tardes, amig@s:



Después de un período de aparente inactividad, vuelvo con energías renovadas y nuevos trabajos que mostraros en este blog que espero sigáis considerando como vuestro rincón, donde poder meditar y contemplar cada obra que sale de mis manos, y cómo no, de mi propio corazón.

En esta ocasión, presento la conclusión de "El Cielo de mi tierra", una obra realizada en terracota roja dorada y policromada al óleo con apliques de cristal, de medidas 26 x 53 cm, que os presentaba el pasado año 2.014. En ella, reflejo una alegoría que he realizado, con todo el cariño, a mi tierra, Jaén, conocida desde antiguo como "la ciudad del Santo Reino" por albergar en nuestra maravillosa Catedral la reliquia del Santo Rostro, la cual se decía era el paño que reflejaba el Verdadero Rostro de Nuestro Señor Jesucristo.






En ella, como decía anteriormente, reflejo el cielo de Jaén, ciudad donde se guarda la sagrada reliquia por la que comenzó la vida cristiana, reinando desde las alturas, dispuesta entre nubes, iluminada por un haz de luz y acompañada por tres querubines pasionistas.






El paño donde se muestra el Santo Rostro sirve como dosel, como clámide de Pasión a la que alude, como capa de un Rey. En su haber, el blanco de la pureza de Cristo, y el morado que hace doble alusión a las contusiones sufridas por el Señor durante la Pasión y, por supuesto, a la bandera morada de mi Jaén. 
Queda sostenido por la boca de un querubín, rebosante de paz: el ser privilegiado que ha conocido a Dios y que no necesita nada más, obedeciendo a las palabras de Santa Teresa de Jesús: [...] Quien a Dios tiene, nada le falta; sólo Dios basta [...]". Porta los tres clavos de la Crucifixión de Cristo.

Tras la tela, dos cintas con las inscripciones "Vero" e "Icon", lo cual nos indica que es en Jaén, por tradición, donde se conserva la Verónica, o sea, el Verdadero Rostro del Salvador.






El querubín de la derecha, sostiene otra cinta con las iniciales I.N.R.I:  "Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum" (Jesús Nazareno, Rey de los Judíos), lo cual también nos lleva a la Pasión, y a la meta final del castigo, la Muerte de Cristo en la cruz.
Dirige su mirada al Santo Rostro con una expresión que queda entre la alegría de poder contemplar a Dios y el respeto y la emoción que ello le produce.






El tercer y último querubín se nos muestra compungido ante el dolor y el sufrimiento que Nuestro Señor ha padecido durante Su Pasión y Muerte; por ello su mirada se vuelve tan intensa, casi desencajada, muy fija y expresiva. Porta las tenazas que sirvieron para sacar los clavos de las extremidades de Jesucristo al bajar su Cuerpo de la cruz, aunque de forma insegura, dejando caer la herramienta.






Este es un trabajo que realicé, primeramente, como idea- boceto sobre el papel allá por el año 2.010, sencillamente para poder llevarla a cabo en algún momento... la materialicé en 2.014, y la he finalizado en fechas escasas. Sin más, deseo que este trabajo, felizmente concluido, sea de vuestro agrado. Me despido de vosotros con una serie de fotografías del proceso de realización, desde el dibujo previo hasta su aspecto final, pasando por cada una de las fases del encaje y modelado. 

Muchas gracias de nuevo por pasar a visitarme. Que Dios os bendiga y Su Bendita Madre os proteja por siempre.